Autor: Mario Vargas Llosa
Título: Medio siglo con Borges
Editorial: Editorial Alfaguara 2020
108 páginas
de Alberto Rodríguez Gorgal
Mario Vargas Llosa nos ofrece en un poema inicial, dos jugosas entrevistas realizadas a distancia de 20 años y varios artículos, detalles personales y sugestivas reflexiones sobre Jorge Luis Borges.
Entre mis manos tengo un libro que es un compendio de estilos, de pinceladas poéticas, de máscaras teatrales con voces potentes en las entrevistas, de papirofléxica crítica literaria que nos entregan diversas figuras y son otras tantas formas de ver a Borges. Con todos ellos Vargas Llosa consigue transmitirnos la admiración, interés y sentimientos a veces contradictorios que suscitan la vida y textos de un autor argentinamente universal.
De hecho, como una corriente subterránea que recorre las páginas de este libro, aparece una especie de herencia, un punto fijo (quizás el único) que acerca a ambos autores, el modo de concebir el trabajo del escritor y su lugar en el mundo: “si uno quiere una cosa contra otra es que no la quiere realmente”. Esta apertura anti nacionalista (lo exterior en oposición a lo vernáculo), el sentirse parte de un mundo sin fronteras, más allá de las posturas políticas de izquierda o derecha, se convierte en una invitación a sucumbir ante este ‘hechizo literario borgiano’.
A un cierto punto, de la mano de Vargas Llosa entramos también nosotros en la casa de Borges, contemplamos su vida cotidiana y sus relaciones. Es una invitación que llena de curiosidad y no podemos rechazar, siguiendo adelante ávidamente con la lectura. Nos acercamos así a Jorge Luis como persona para entender mejor también el fantástico mundo que ha creado. Entrar en ese universo siempre será una ‘aventura feliz’, un Aleph que continúa siendo una clave inicial para la lectura de la realidad gracias también a una forma literaria impecable. Y es que, como dice Vargas Llosa ‘su prosa es una prosa que se paladea, palabra a palabra, como un manjar’. Y leerlo escrito así da hambre, tienes ganas de un buen aperitivo quizás con sus Ficciones. De ahí que la crítica literaria, que también encontramos en este libro, muchas veces se parezca a una crítica culinaria: se describen y aprecian los sabores que el maestro argentino ha ido recogiendo a lo largo de los años en los que ‘ha leído mucho más de lo que ha vivido’.
Las páginas de este libro son fruto de varios encuentros y de tantas lecturas en las que Borges resulta un protagonista complejo, una persona y personaje, con luces y sombras, con un contexto histórico que recorre casi todo el siglo XX. Nos esperan la Ginebra de los años 20, el París de los 60 y las vicisitudes de una Argentina que va desde el peronismo hasta las dictaduras y la llegada al poder de Alfonsín. Un siglo lleno de guerras y luchas políticas en las que Borges se muestra como profundamente pacifista y desligado de una política que considera en el mejor de los casos un ‘tedio’. Las diferencias con el pensamiento de Vargas Llosa son muy fuertes pero este factor no hace sino resaltar la originalidad y profundidad de la que surgen los pensamientos, formas y creaciones literarias de Borges.
Por todo ello, he encontrado especialmente interesantes las referencias que Vargas Llosa realiza a la vida personal y al contexto social como claves para entender también el arte de Borges. Incluso la pérdida casi total de la vista del escritor argentino se convierte en un dato con un profundo significado existencial y literario que Vargas Llosa no sólo analiza sino que le lleva y nos lleva a una comprensión más ‘humana’ y cercana de este mito de la literatura.
La comparación con otros autores coetáneos, el estudio de su formación y gustos literarios, su trabajo de crítico agudo y exigente, la amplia visión que se nos ofrece de los temas de la obra borgesiana, las prospecciones que Vargas Llosa realiza para mostrarnos los materiales y formas del modo de escribir de Borges, constituyen un material precioso para entender su peculiaridad y maestría. Todo ello sin constituir un estudio académico sino en forma de artículos o conferencias con títulos tan sugestivos y agradablemente sorprendentes como ‘Borges entre señoras’. Y no os digo de qué trata este capítulo: ¡todo un descubrimiento!
Puestos a hablar de títulos, no puedo dejar de indicar la primera impresión que tuve al ver el de este libro: aquí se habla de una relación. Esto, como aclara el autor en el prólogo, no significa que ambos estén de acuerdo o sean personas afines por estilo, pensamiento o formación. No se trata de afinidades sino de referencias y diálogos. Recorremos en estas páginas la presencia de Borges en la vida concreta del autor, no sólo como estudioso o entrevistador, sino como literato y punto de referencia personal. No es un medio siglo vivido como un amigo, como un compañero de vida o como un biógrafo, sino una historia nacida con un descubrimiento y que lo ha acompañado incluso tras la muerte de Borges. Medio siglo, vida corriente que genera vida, en el que Borges está literalmente con él: poder de la memoria y de la literatura.
Al recoger diversos artículos escritos durante más de 50 años algunas ideas sobre la obra y persona de Borges aparecen repetidas. Lejos de dar fastidio son un estribillo que subraya esos aspectos. No molestan, al contrario, la memoria los reconoce y se asientan como puntos clave para disfrutar con las interesantes reflexiones de Vargas Llosa sobre la obra de Borges.
Este libro, por tanto, es una puerta abierta para entrar de nuevo en ese universo fantástico de Borges y, al mismo tiempo, para entender lo que encontramos dentro, conociendo un poco mejor quien lo construyó y lo habita. Es inevitable encontrarte con ganas de releer sus obras, no sólo las más famosas. Más aún. He ido apuntando también algunos de los libros y autores que Borges estimaba. Un libro breve que contiene a su vez tantos libros. Estas páginas, por tanto, son un enunciado de una gran ecuación en el que Vargas Llosa nos deja a nosotros su desarrollo -él comparte este quehacer- con un resultado final que seguramente nos hará entender mejor quién es Borges disfrutando de estar también nosotros con él, con sus obras: “Hechas las sumas/ y las restas:/ el escritor más sutil y elegante/ de su tiempo.”
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