El guitarrista

Autor: Luis Landero

Título: El Guitarrista

Editorial: Tusquets Editores, 2020 (1ª edición en otras colecciones: 2002)

322 páginas 

Raúl Sáenz de Inestrillas

Seguro reconoces esa sensación. Épocas en las que días sin contenido ni objetivo se suceden, uno detrás de otro. Hasta que, súbitamente, una ilusión llega de la nada irrumpiendo en ese martes eterno, escupiendo salpicaduras de color que se acaban desparramando como una acuarela mojada e inundando todas las horas del día. Esa es la historia de Emilio, el guitarrista. Y esa es, también, tu historia.

Luis Landero, extremeño de nacimiento, nos lleva con sabor autobiográfico al Madrid sesentero en el que pasó su juventud, y nos brinda una ocasión única para descubrir cómo funcionaban los engranajes de aquel mundo, que no por pasado deja de ser una cicatriz visible en el presente. Una España que, tímidamente, esculpe mínimas fisuras de modernidad en una sociedad vetusta. Una España de academias, sabañones y aceite de ricino que dejaba paso lentamente a las chicas yeyé con medias de color. 

La novela se articula en la eterna duda sobre cómo dividir el amor entre lo que amamos y la persona que amamos, el continuo dilema entre partir y quedarse. Landero, quien ha desarrollado toda su obra en su madurez, escribe con la seguridad del que ha observado mucho. Consigue expresar en pocas palabras la compleja interacción entre seres humanos, y cómo conversan nuestras aspiraciones con nuestras realidades. Desde preceptos filosóficos elaborados por Schopenhauer hasta la ruralidad más costumbrista, El Guitarrista navega de orilla a orilla de la vida, abarcando toda la riqueza y complejidad en la que sobrevivimos.

No solo en el fondo, sino también en la forma: la inmensa capacidad estilística del autor para aunar lo mejor de cada tono convierte el libro en una sinfonía. La prosa dura y castellana de Delibes y el existencialismo de Onetti se dan la mano en esta obra, rematada con párrafos enteros de brillantez narrativa con estilo propio. Capítulo aparte merecen los distintos personajes que nos vamos encontrando, entre los que no faltan los clásicos elementos de la sociedad tardofranquista: beatas solteronas entradas en años, campesinos emigrantes e intelectuales frustrados pueblan las páginas de El Guitarrista como antes poblaban las calles de Madrid. Sus miedos, frustraciones y esperanzas quedan impresas en cada palabra, dejando un regusto de familiaridad en cada instante.

El Guitarrista es un compendio del despertar a la vida adulta, de la duda del caminante frente a un cruce de caminos. Es una obra de amor y de arte. Una historia atemporal, cuyo espinazo encajaría en la mejor tragedia griega y en el último vídeo de un YouTuber. Y también el retrato fidedigno de una sociedad ahora muerta, aunque aún sin enterrar del todo. El joven lector tendrá su reflejo en Emilio, nuestro protagonista. El más veterano, encontrará en sus páginas la nostalgia de cuando la vida fluía veloz y acaudalada, mientras aún aprendían a remar a través de ella. Todo el mundo encontrará un amigo en este libro y una sensación de calidez al leerse a sí mismo en sus páginas, el extraño consuelo de saber que otros han sufrido antes nuestras dudas. Porque la historia de El Guitarrista es la historia de Emilio, sí. Pero también es tu propia historia.

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